viernes, 19 de junio de 2015

El fisicoculturismo

El fisicoculturismo: un “Deporte” incomprendido



Por parte de los organismos oficiales el fisicoculturismo nunca ha sido reconocido como un deporte ni le han permitido competir olímpicamente afirmando que con él únicamente se busca afán de protagonismo. Si leemos algunas definiciones de deporte se podría discrepar de la opinión de dichos organismos. Según la RAE, Deporte es: Actividadfísica, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas.Recreación, pasatiempo, placer, diversión o ejercicio físico, por lo común al aire libre.

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eporte 
es toda aquella actividad y costumbres, a menudo asociadas a la competitividad, por lo general debe estar institucionalizado (federaciones, clubes), requiere competición con uno mismo o con los demás y tener un conjunto de reglas perfectamente definidas.

Según ambas definiciones el fisicoculturismo sí que sería un deporte, está claro, pero ¿socialmente está reconocido como tal? A mi parecer la respuesta es clara: no.

Por lo general la idea que tiene la sociedad de una persona que practica dicho “deporte” es de sujetos narcisistas, de bajo coeficiente intelectual y escasas metas en la vida. Desde mi observación particular he podido comprobar que esto no es más que un inmenso mito y una de las cosas que ha enturbiado la imagen de esta actividad. Cierto es que habrá personas que contengan dichas características pero respecto a eso hago alusión a la frase popular: “De todo hay en la viña del señor”.

El afán y meta de los fisicoculturistas es el llegar a desarrollar en su totalidad la musculación, bien para llegar a competir o simplemente como meta personal. El problema es que al ser una actividad centrada exclusivamente en el físico puede ofrecer una idea equivocada. Pero lo que de verdad enturbia la imagen de este “deporte” son las sustancias que circulan por el mundo de la musculación. Es cierto que son muchos los que consumen e ingieren dichas sustancias pero también sería un error afirmar que todos lo hacen.

Hemos visto en el cine a muchos iconos del fisicoculturismo; desde los pioneros Steve Reeves, Gordon Scott, como el inmenso Michael Clarke Duncan hasta los conocidísimos Silvester Stallone y el símbolo por excelencia del culturismo Arnold Schwarzenegger. A todos ellos hay que reconocerles un gran mérito al luchar por un “deporte” completamente incomprendido en aquellos años que aunque hoy en día este más popularizado sigue siendo algo postergado por la sociedad.

Cada deporte necesita de un entrenamiento concreto pero en todos es necesario el refuerzo muscular.

Creo que es desmerecido despreciar el trabajo y sudor de los culturistas porque requiere una enorme fuerza de voluntad y capacidad de constancia, es una actividad dura, sufrida y aunque no lo parezca bastante compleja.